Algunos comentarios típicos de quienes consumen
restos o productos de origen animal
- 1. «Yo no podría ser vegan@ porque me encanta la carne/el jamón/el atún/la leche/ la tortilla …»
2. «Se ha hecho así toda la vida, es lo normal».
3. «También los animales se comen unos a otros».
4. «Hay que comer de todo para estar sanos» .- (¿y a todos/as?).
5. «Es que no tengo tiempo para preparar comidas».
6. «Seguro que es más caro ser vegan@ y yo no tengo dinero».
7. «¿Y las plantas, ellas no merecen respeto?».
8. «Es que a mí no me gustan los animales y eso hay que respetarlo».
9. «Si todos nos hiciéramos veganos/as ¿qué haríamos con tantísimos animales?».
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- 1. – Cuando se tiene claro que es injusto participar en la explotación y/o muerte de otros/as, y se es consciente de lo sucedido con anterioridad a que se nos muestren como alimentos: los músculos troceados de un animal no humano/la pata de un cerdo/los restos de los cuerpos de quienes un día fueron peces/la leche segregada por las vacas para alimentar a sus crías/el huevo engendrado por el ovario de un ave …. su sabor deja de presentarse ante nosotros/as como algo bueno o apetecible. Es más, no consumir dichos productos no se percibe como una privación sino como una liberación.
- 2. – También en otras épocas estaba normalizada la esclavitud humana; en la mayoría de las sociedades era habtiual torturar a la gente plúblicamente, como medida represiva; las mujeres no tenían derecho al voto ….
- 3. – Aunque no en todos los casos, es cierto que determinados animales no humanos se comen a otros pero, ¿desde cuando dichos animales pueden elegir alimentarse de otro modo? y, en todo caso, ¿desde cuando son agentes morales y por tanto responsables de sus actos?.
- 4. – ¿Acaso no existen multitud de individuos humanos que no consumen productos de origen animal, llevan una alimentación balanceada, y son un vivo ejemplo de que la afirmación es errónea?.
– ¿No es cierto que existen multitud de individuos humanos que encajan en sociedades distintas en sus arquetipos «come de todo» y no están sanos?.
– En la mayoría de sociedades occidentales por ejemplo, no se consumen determinados animales no humanos, que sí se consumen en otras de un modo habitual. ¿Debe entenderse entonces que el hecho de estar sana/o depende de lo que la sociedad en la que se viva acepte como válido?, y en ese caso, ¿en función de qué?.
- 5. – ¿Acaso conlleva más tiempo no añadir ingredientes de origen animal a una receta que hacerlo?.
- 6. – ¿Desde cuando es más caro hacer una paella de verduras que una de marisco? (por poner un ejemplo).
- 7. – ¿Desde cuando las plantas cuentan un sistema nervioso que les permita poseer la capacidad de sentir (miedo, dolor, placer, etc)?. ¿Desde cuándo se entiende que alguien que no posee dicha capacidad puede tener intereses?. En todo caso, ¿invalidaría el hipotético supuesto de que las plantas poseyeran sistema nervioso, el hecho de que los demás animales cuentan con él?.
- 8. – ¿Estás de acuerdo en que hace falta que alguien nos guste o no, para respetar su derecho a disfrutar de su vida sin ser utilizado?.
– ¿Crees que es justo pedir que se respete el derecho de alguien a aprovecharse de una posición de dominio sobre otr@, para utilizarlo en contra de su voluntad (asesinarlo, explotarlo, someterlo a privaciones, discriminarlo, o contribuir para que otros/as lo hagan)?.
- 9. – A los demás animales en muchos de los casos, se les insemina, se fuerza sus ciclos reproductivos a través de diferentes métodos, se les obliga a procrear … para abastecer las demandas de quienes compran sus productos. Si la «demanda» decrece, la «oferta» también lo hace.
– ¿Hubieras estado de acuerdo en que se mantuviera la esclavitud humana para evitar posibles problemas de vivienda de los/as esclavos/as?. Actualmente existen santuarios en donde animales no humanos pueden disfrutar de su vida sin ser utilizados.
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Las plantas están vivas … ¿no hay que tener en cuenta sus intereses?
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En primer lugar debemos aclarar qué estamos cuestionando al plantear la pregunta. ¿Qué es lo que queremos decir exactamente con ella?: ¿que sea tenida en cuenta como paciente moral?, ¿que sea considerada como individuo poseedor de intereses que puedan verse afectados por las acciones de otra/os?. Si la intención de la pregunta fuera la mencionada ésta sería un absurdo hoy día puesto que, dado el estado de conocimientos actual y a pesar de que efectivamente las plantas son seres vivos, existe una diferencia clara entre un ser vivo y otro capaz de sentir. La diferencia radica en la posesión de un sistema nervioso que permite al individuo experimentar sensaciones tales como sufrimiento o bienestar. Parece lógico pensar que para que se respeten los intereses de alguien es requisito indispensable que éste posea intereses que deban ser respetados. Por otra parte la posesión de intereses está íntimamente relacionada con las mencionadas capacidades y como consecuencia con el hecho de que un sujeto sea consciente de sus experiencias (esto es, sea capaz de procesar información a nivel mental y de responder al entorno con la finalidad de satisfacer un interés). El hecho de que las plantas reaccionen ante determinados estímulos como pueda ser el caso de los tropismos, movimientos en este caso totalmente involuntarios, no significa que tengan interés por satisfacer un determinado objetivo y que actúen de forma consciente para lograrlo.
En todo caso, si el planteamiento se mantuviera sobre una base científica y se descubriera a las plantas como seres sintientes y por lo tanto poseedoras de intereses, dicho descubrimiento no invalidaría la argumentación sobre la que se sostiene que todos los animales que poseen las mencionadas capacidades deben ser respetados. Se trataría en el caso de que esta hipótesis fuera real de extrapolar dicha argumentación también a ellas, para incluirlas en nuestro círculo de consideración moral.
Sin embargo, lo que sí está demostrado actualmente a nivel científico es que los demás animales son capaces de experimentar sufrimiento y bienestar, ¿a qué esperamos entonces para considerar sus intereses de forma igualitaria?.
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¿Acaso va a acabar la explotación animal porque yo sea vegan@?
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Efectivamente, la explotación de los demás animales no acabará porque un@ de nosotr@s se haga vegan@, es decir, decida adoptar un estilo de vida respetuoso hacia ellos y deje de utilizarlos. De igual modo la esclavitud humana no dejó de ser aceptada en la mayoría de las sociedades, porque un@ esclavist@ liberara a sus esclav@s, o porque una persona dejara de comprarlos. Ni tan siquiera en pleno siglo XXI podemos asegurar dicha esclavitud no se produzca en ningún lugar. Sin embargo parece evidente que aunque quede aún camino por recorrer, se consiguió avanzar bastante en este sentido gracias a quienes dejaron de participar de ella y emprendieron su lucha cuestionándola públicamente.
Está claro que una consideración igualitaria hacia los intereses de los demás animales no se alcanzará nunca si todo el mundo adopta una postura como la citada en la pregunta del enunciado. Los demás animales no se organizarán para reclamar su derecho a disfrutar de sus vidas libres de explotación. Tampoco es factible que puedan escapar de su situación de sometimiento, lograda a través de métodos coactivos: reclusión, privaciones, cadenas, jaulas, rejas, castigos, etc, y sostenida en base a la inocencia de los esclavos y a su incapacidad para liberarse. En todo caso podemos contar con: instrumentos varios y maquinaria punta para satisfacer las necesidades del explotador, y adecuada para cumplir con su finalidad según el área de que se trate, además de todo un aparato institucional encargado de mantener y/o promocionar el negocio basado en la utilización de animales no humanos.
No es previsible que ante tanta premeditación por parte de la especie dominante l@s dominad@s, siendo éstos animales no humanos, huyan en masa de sus dominador@s. Ni siquiera lo es que dado el caso de que la huída se produzca por parte de algunos individuos, se les permita a éstos lograr su objetivo con éxito (en aquellas ocasiones en que ciert@s cautiv@s logran escapar, se les asesina o se les obliga a volver a los lugares de los que intentaban huir).
Por otra parte, parece lógico pensar que la liberación no partirá de aquell@s inversor@s que han decidido apostar por la explotación animal y ven crecer sus ingresos gracias a ella. Dich@s inversor@s no van a modificar sus pautas de comportamiento, en tanto sigan aumentando sus beneficios gracias a l@s consumidor@s dispuest@s a comprar sus productos, y en tanto no tengan acceso, como el resto de la sociedad, a otro tipo de planteamientos basados en el respeto hacia los demás animales.
Por otra parte creer que la solución se encuentra en el poder ejecutivo o en el legislativo es una postura un tanto ingenua. En ambos casos quienes componen sus elites son personas que han recibido el mismo tipo de educación que la mayoría de la población, en cuanto al modo de relacionarse con los demás animales. Esta educación se basará por tanto en prejuicios especistas o discriminatorios para éstos, en función de los cuales está bien utilizarlos como si de objetos o meros recursos se tratara.
Un tanto utópico se muestra el planteamiento de que la sociedad en términos globales, va a tomar conciencia súbitamente de la injusticia que se está cometiendo con seres, que al igual que nosotr@s son capaces de sufrir y de disfrutar, y va a dejar de mantenerla.
La explotación animal es rentable para algun@s, y pensar que no puede hacerse nada para cambiarla una postura cómoda para tod@s, pues se traduce en tener que hacer eso: nada.
Sin embargo, cada vez que alguien se hace vegan@ está dejando de participar en la esclavitud y sometimiento que sufren los animales que no pertenecen a nuestra especie. Cada vegan@ deja de ser un/a cliente más por el/la que mantener la explotación, para ser un@ más por el/la que abolirla. Si esta persona además cuestiona abiertamente el especismo (discriminación por motivo de especie), estará acelerando el proceso necesario para que esta injusticia sea conocida socialmente y pueda ser considerada. Cada persona que decide dar este paso, está alertando al resto a través de su elección de la existencia del problema: no tod@s creemos que sea justo aprovecharnos de los demás animales, no a tod@s nos parece “normal” hacerlo, ni creemos que sea algo irremediable.
La conclusión es simple: es posible vivir sin utilizar a los demás animales, y está al alcance de la mano de tod@s nosotr@s no participar de esta injusticia y luchar para que pueda ser reconocida y erradicada.
Gracias al «Ojos Veganos», por su extraordinario blog de donde hemos sacado este imprescindible texto.